La verdad es que como muchos, o eso supongo, conocí a este personaje tan fuerte y característico que es Rosalinda Fox de la mano de la maravillosa puma de María Dueñas en su novela El tiempo entre costuras. Es este tipo de personajes, fuertes, independientes y que consiguen superar las adversidades que la vida te pone a los pies, los que siempre me han llamado la atención y de los que me llevo siempre un pedacito a mi corazón y, para qué negarlo, a mi pequeño "hall of fame" de personalidades inspiradoras para el día a día.
Sin embargo, aunque la temática del libro prometía enamorarme descubrirme algunos recovecos del alma de esta pelirroja indomable, me echaban para atrás las ideas preconcebidas que tenía del autor. Es curioso como muchas veces, al conocer a un autor en facetas menos serias y ortodoxas puede hacer que te plantees si realmente su literatura será seria o será un chiste más, y esto es exactamente lo que me pasaba con Boris Izaguirre. Se me hacía difícil pensar en él escribiendo una novela seria, con un personaje tan característico y maduro y una trama que dejaba poco espacio para las bromas y las frivolidades.
Por eso, como no iba con unas expectativas muy altas, esta novela me ha sorprendido gratamente y me ha descubierto a un autor muy al que hay que tomar muy en serio aunque todos le conozcan por su faceta cómica y quizá, extravagante.
Esta novela, nos cuentas las andanzas de una niña que desde pequeña se ve envuelta en tramas de mujer, una niña que vive su infancia en tiempos convulsos y a la que le toca ver y escuchar cosas que marcarán su carácter para siempre. La primera persona en la que está narrada esta historia, hace que tenga un carácter mucho más intimista y personal, nos permite conocer a Rosalind Fox de manera completa con cada uno de sus miedo y flaquezas que se ocultan detrás de esa muralla de espionaje y melenas rojizas.
Pese a ser una novela de tintes históricos, el autor ha conseguido que sea una novela dinámica, fácil de leer y que atrapa al lector. Quizá en parte sea por la trama de espionaje que hay detrás de la historia, o quizá sea la simpatía que se coge a la protagonista nada más comenzar a leer la historia, pero lo que tengo bien claro es que es una novela que recorre la India convulsa y la Europa en guerra sin aburrirnos con datos y cifras, sino que lo hace a través de las historias de la gente de a pie, las historias que consiguen llamar la atención del lector.
El estilo con el que escribe Boris Izaguirre es muy cuidado, lírico incluso y tiene muchas notas de color; las recreaciones que hace el autor de los paisajes de Tánger o de la Ïndia transportan al lector al lugar de los hechos y le hacen incluso oler las especias en el aire.
Quizá lo que más me ha gustado de la historia, es el trabajo que ha hecho Boris con lo personajes. Los ha dotado de muchísimo realismo y ha conseguido recrear muy bien las relaciones familiares. Esa admiración que despiertan en nosotros nuestros padres o personas que conocemos de niños, que nos parecen grandes héroes pero que, a medida que pasan los años, parece que nos quitan el velo de los ojos y allí donde antes sólo veíamos perfecciones ahora somos capaces de vislumbrar las flaquezas y los errores, dejamos de ver a los héroes para ver a las personas. Pero de nuevo, con el paso de los años y al ganar esa experiencia que te da la vida, esas personas pueden volver a ser de nuevo nuestros héroes, porque la heroicidad no consiste en la ausencia de flaquezas, sino en vivir con ellas y poder superarlas.
Hola^^
ResponderEliminarNo lo conocía pero sin dudas me ha llamado la atención y más viendo todo lo que te ha gustado, además, creo que puede llegar a ser una lectura que disfrute mucho así que queda más que apuntado y no descarto animarme a leerlo pronto.
un besote!